DE LA ESTRELLA.
.su mirada y la mía se cruzaron, permanecimos los dos expectantes, sin mover ni un pelo, a dos metros de distancia, su respirar ronco me sonaba a amenaza, a lo lejos mi perrita preta observa la escena y perezosamente inicia el camino de acercamiento, sin prisas, como si gozase de la situación, yo enseño sin brusquedad mi bengala, el perro, grande como un poney, tose, mientras vuelve la cabeza al sentir acercarse a mi perra, ella pasa a su lado y me huele el miedo, mientras, recompongo mi floja apostura y camino mirando de reojo a aquel perro de la Sierra de la Estrelha, al que los lobos del Piodão respetaban.
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