EL LOBO FEROZ
Esa luminosa mañana, el incorregible lobo, se levanta de la cama lleno de alegría
y buen humor, sobre todo después del delicioso desayuno, se pone el traje de los domingos
y se da un último vistazo en el espejo.
-Guau!, ¡estoy arrebatador!, voy a dar un voltio por el bosque para que todo el mundo me vea
y pueda admirarme, se dice el lobo....
Paseábase el buen lobo, por los senderos del bosque, desde la encina gloriosa,
hasta el roble más noble.
No había caminado ni media legua, cuando se cruza con Caperucita Roja.
-Bonito vestido!
-Seguro que no pasarás desapercibida con ese disfraz!
-Dime, fresa silvestre, ¿Quién es el más guapo?
-El más guapo...es usted, señor lobo.
responde Caperucita.
-Como no!, la verdad sale de la boca de los niños, soy el más elegante y el más encantador.
fanfarronea el lobo.
…y me voy, que tengo cosas que hacer.
-Al final de la pradera se divisa la casa de la abuelita de caperucita roja.
.Toc toc toc.
.¿Quién es?
-Soy yo, el delicioso lobo feroz.
-Adelante, la puerta no está cerrada.
-Que pasaba por aquí y he venido a saludarte, mi querido pastel de nata y chocolate.
Nótese que el lobo, había cogido cierta confianza con la abuela.
-Que digo yo y aprovechando esta ocasión, quiero hacerte una pregunta, mi amada y sabrosa abuelita.
-Usted dirá, sr. lobo.
-¿Quién, entre todas tus amistades y sin contar con el leñador, es el más guapo?
Después de pensarlo unos minutos, la abuela respondió.
-No tengo ninguna duda, el más guapo es usted.
Se acordó el lobo de aquella ocasión en la que se vistió con las ropas de la abuelita,
mientras ella se escondía en el armario, un minuto antes de que llegase caperucita roja
y su inefable cestita.
-muy bien, me alegro que pongas en valor esa opinión que tienes sobre mi
y las virtudes que me acompañan.
-volveré esta noche a cenar y si no este ese paleto de leñador, me quedaré a dormir contigo.
-Adios.
…Y siguió su paseo.
De un salto atravesó el río, que ahora iba casi seco, y se acordó de aquel festín
donde se comió a los siete cabritillos, como los engañó y como los devoró uno a uno,
bueno no a todos, el más pequeño y chivato se escondió
y luego su madre mientras yo dormía profundamente, me abrió la barriga, los sacó,
la rellenó de piedras de este río, cosió mis tripas y aprovechando que iba muy crecido,
me tiró en medio de la corriente, donde casi me ahogo. Desde entonces ni bebo agua ni como piedras.
…y allí estaban, la cabra y tres cabritos que le miraban con desconfianza.
…Que digo yo, que buenos días, que donde están aquellos delicados cuatro cabritos que faltan.
-Pues mire usted señor lobo, que se casaron y fundaron una cooperativa de productos lácteos,
de leche de cabra, sobre todo quesos curados, orgánicos, los mejores de estas praderas.
-Tengo una pregunta que hacerte señora cabra.
-Dispara.
Esa palabra le recordó aquella vez que el señor cazador le persiguió por todo el bosque
disparando tiro tras tiro y que cuando se le acabó la munición, hacia ruidos con la boca,
que sonaban como cañonazos, hasta que el lobo se dio cuenta y se paró y casi se muere de la risa,
después de aquello se hicieron amigos y el cazador del bosque, colgó la escopeta y fue al oculista.
-Preguntas o que?, que parece que te ha dado un aire.
-¿Quién es el vecino más guapo del bosque?
-El más guapo, más esbelto y con ese implante de dentadura tan afilada, es usted señor lobo feroz,
eso sí no vuelve a las andadas…
…Umm, que hambre me está entrando, iré a comer a casa de la madre de caperucita,
que es domingo y su inefable paella, después de la misa de 12.
CAPITULO 2º
...de El Lobo Feroz
...me acuerdo de Pedro y la primera vez que le vi, estaba yo paseando por mi bosque y oí a lo lejos unos gritos desesperados, me aproxime al lugar, un claro del monte, cerquita de Midões y vi gente corriendo armados de palos y horcas y como el cazador no estaba con ellos me aproximé un poco mas y allí estaba aquel pastorcillo riendose, tirado en el suelo mientras los aldeanos le regañaban por haberlos engañado y alli segui un poco mas y debí quedarme un poco traspuesto, de pronto ese pastor bromista empezó otra vez a gritar !que viene el lobo! y al poco aparecieron otra vez aquellos vecinos en su auxilio, dándose cuenta otra vez del engaño.
Pasados unos minutos, que debe ser una cosa de tiempo minúscula, Pedro y su rebaño empezaron a caminar y horror, vienen directamente hacia donde yo estaba, el primero que se acercó a olerme fue su perro pastor que me conocía y me dio un chupetón en los huevos, detrás apareció el pastor y al verme empezó a gritar de un forma terrorífica, a mi se me pusieron los pelos de punta, pero me quedé quietecito, pero el siguió gritando !Que viene el lobo! ante su insistencia me puse de pie y mire a los lados a ver si era verdad que venia ese lobo que tanto le asustaba.
...mientras Pedro huía aterrado y viendo aquel precioso regalo ofrecido y sin querer abusar, adopte para la cena a una oveja gorda pensando que el pastor no notaría su ausencia, que yo de vez en cuando tenia mis necesidades proteicas, que ya estaba bien de tantas dietas vegetarianas...
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