Fue la peor noche en la vida de todos, nadie pegó ojo y el joven Ponetta estuvo en un duerme vela lleno de sueños y pesadillas. Al final logró conciliar el sueño, mientras sus padres le cuidaban llenos de una sensación horrible que les abriría un tiempo de sufrimiento y de impotencia.
Un quejido apagado les puso sobre aviso del doloroso despertar de su querido Pim Pam.
-Hola hijo, aquí estamos tu madre y yo, no te preocupes que el medico vendrá pronto a hacerte las curas.
-Y ahora cuéntanos que te ha pasado.
La noticia de las heridas del joven se corrieron enseguida por toda la villa de Pesqueira y todos estaban expectantes por saber como diablos podía haber acontecido aquello.
Pim Pam miró con con cierta sorpresa a su padre y movió un poco los hombros indicando que no lo sabia. No se acordaba de nada. Nada de nada.
Las heridas fueron curando, pero la apariencia del joven fue a peor. No tenia nada en su sitio en la cabeza. Una oreja la tenia mas adelante y la otra mas atrás, la boca se le había quedado torcida y los ojos se le habían quedado saltones y muy separados y la nariz estaba roja y abultada como un tomate.
Era un pequeño monstruo.
Desde ese momento y durante algunos años su madre se acordaría de aquella maldición que la vieja calva la había hecho cuando jugaba con sus amigas y comprendió que si la vida a veces la había traído momentos de felicidad, también la había golpeado con años de incertidumbre en los que ya había perdido la esperanza de ser madre.
También había perdido a su padre y a su madre, tan queridos y necesarios para ella. Y después de haber tenido a ese hijo tan deseado, cuantas veces había ido a verle a su cuarto mientras dormía, con la angustia de que podía pasarle algo malo.
Otras veces era el niño el que entraba en el dormitorio de sus padres, asustado y sudoroso, diciendo que su difunta abuela, que a veces le visitaba mientras él dormía, le advertía para que tuviera cuidado y él sobresaltado despertaba y la veía allí a los pies de la cama que le miraba sonriente, antes de esfumarse en la penumbra del amanecer. También recordaba la ultima vez que Pim Pam acudió asustado y tembloroso a su dormitorio y como llorando les contó a ella y a su marido, que le habían visitado por la noche sus dos abuelos juntos y que era la primera vez, desde que se murieron que esta cosa había sucedido. Y que los dos estaban muy tristes y que se tenían que ir y que nunca podrían volver a visitarle y que le querían mucho. También le dijeron que siguiese siendo tan alegre y que tuviese esperanza y mucho amor por sus padres, mucho cariño por las personas y sobre todo con los niños y que el dia que viniese el circo Italiano seria puesto a prueba, él mismo, sus padres y todos los que le querían.
Y que después de aquel aviso sus abuelos se cogieron de la mano y como si flotasen en el aire se fueron alejando de los pies de la cama hacia la luz del amanecer que empezaba a entrar por la ventana, sin darse la vuelta y con una sonrisa triste en los labios, como si quisieran darle ánimos, y desapareciendo para siempre.
....Y recordaba que ella misma se había despertado esa misma noche y que no podía volver a dormirse, pensando en tantas cosas y sobre todo en la maldición que aún la resonaba en los oídos como cañonazos, !Sufrirás y pagaras toda la vida!
...Y como un aroma idéntico al perfume italiano que usaba su madre había invadido su propia habitación y como ella incorporada en su lecho mientras las lágrimas caían lentamente por sus mejillas, llamaba a su madre, repetidas veces, despertando a su marido y como los dos se abrazaron mientras las primeras luces del amanecer empezaban a atravesar tímidamente los visillos de las ventanas y como en ese momento entró su hijo Pim Pam asustado, metiéndose en la cama entre los dos, cosa que nunca antes había hecho, siempre le gustaron las orillas.
En fin tantos recuerdos..
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