martes, 7 de junio de 2016

LOS PONETTA 12 . Destrozado.

El pequeño Ponetta vio con pavor que la persona con la que se había chocado era la vieja calva que tantas veces le quitara el sueño. No se podía mover y oyó sin poder evitarlo. Escuchó su condena.
-Maldito!, tenias que ser tu, yo te deseo todos los males del mundo y que tu cuerpo no encuentre ni el norte ni el sur, y que la sangre que has sacado de mi cuerpo te marque para siempre.
Y dicho esto se volvió a caer como un guiñapo, mientras el joven ensangrentado, se ponía de pie, y tambaleándose, huía, como si todos los diablos del mundo quisieran retenerlo.
Llegó a su casa vacía y como pudo subió a su habitación, abrió la cama y se metió, procurando dejar fuera a todos los demonios que le acompañaron en esa pequeña escapada. Se tapó hasta los ojos y se quedó tiritando que parecía que el cuerpo se le iba a descoyuntar, mientras sentía el latido de su nariz partida y el sabor de la sangre en su boca rota.
No sabia el tiempo que llevaba escondido debajo de la ropa de la cama, cuando oyó esos pasos familiares que subían por las escaleras y se acercaban a su cama.
-Hola hijo, hemos estado con el personal del circo y ha sido fantástico, por eso nos hemos retrasado, y tu como estas?”.
 Esto lo decía la madre mientras apartaba un poco la sabana dejando a la vista una imagen que no se la olvidaría durante muchos años.
-Dios mio, que te ha pasado?". 
La cara de Pim Pam era todo un espectáculo, tumefacta y llena de sangre, no se parecía al hijo que unas horas antes salió de alli mismo todo feliz y sonriente. El estado de su hijo la sobresaltó y no pudo evitar un escalofrío que la subió por la columna vertebral.
-No lo se mama, pero no estoy bien.
-Oscar, ven rápido por favor, sube deprisa.
El padre tuvo un corte instantáneo.
-Ya voy, que ocurre?.
-No lo se , mira a tu hijo, no se lo que le ha podido pasar.
Oscar separó del todo el cobertor de la cama y vio a su querido hijo con la cara tan hinchada que ni se le veían los ojos, la nariz era una masa informe grande como un tomate. Le volvió a tapar, como si quisiera borrar el dolor y la herida, pero no pudo separar en ese momento la angustia y el sufrimiento, por lo que poco a poco iba descubriendo, como si de una resaca alcohólica se tratase. La madre enseguida preparó agua caliente y paños limpios y aplicose a lavar con mucha delicadeza la cara de su querido hijo, mientras el padre iba a buscar al medico...
-Pase doctor, el niño esta arriba en su dormitorio..
-Buenas noches señora, hola pequeño.
-Vamos a ver.
El medico dio un respingo, impresionado por la apariencia del joven Ponetta.
-Dios mio, que te ha pasado, quien te ha hecho esto”.
 El doctor le hizo un reconocimiento, comprobando que tenia la nariz partida, al igual que los labios. Un ojo lo tenia hinchado del tamaño de una patata mediana y estaba cerrado, el otro parecía como si se hubiese desplazado juntamente con la oreja hacia atrás un poco y la otra parecía una coliflor morada. En la frente tenia una herida abierta y clavado en ella un trozo de diente de la vieja bruja, con unas pinzas retiro el pequeño y ponzoñoso aguijón y le cosió con aguja e hilo la abertura. Pim Pam aguantó sin quejarse, pero al final se desmayó. 
-Hijo despierta, ya ha pasado todo.
-Escuchó a su madre asustada.

-Dejémosle que repose y mañana será otro día.

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