Una vez limpios se cortan en rodajas de dos milímetros, o tres, estos boletos.
En una sartén, amplia y que no se pegue, se pone un chorrito de aceite de oliva extra virgen, cuando esta caliente se añaden los ajos picados, y cuando se empiezan a dorar se añaden los boletos laminados.
Cuando empiezan a cambiar de color y se ponen un poco transparentes, se salan con sal gruesa y unas virutas de ibérico de bellota y se sirven. Si los acompañas de un huevo frito son deliciosos, solo o en buena compañía. Pan recién tostado y un Matarromera…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario