domingo, 3 de julio de 2016

EL PIPO

EL PIPO
   
Ese día estaba contento mi abuelito, daba gusto verle, se reía tanto que por un momento no pude evitarlo y le mire la entrepierna, esperando ver como se hacia pis, por la pata abajo. Pero no, esa vez se salvaron los pantalones. 
El tenia una perra que se llamaba Coca y era de la marca grifona o algo así. Pues bien, esa  perrita linda quedo preñada de un perrito, que saltaba tapias y tuvo varios perros, todos los regalo menos uno, que se lo quedó el.
Y un día, ya habían pasado unos 20, el Cacum, aun no sabia que nombre ponerle al cachorro, así que salió al jardín a verle, y allí estaba ese perrito moviendo el rabo y tumbándose patas arriba. Entonces mi abuelito lo cogió en brazos y lo subió, lo subió tanto que el perro se meo en la boca abierta de mi abuelito, que soltó un coño del carallo, dejando al asustado perro en el suelo con su agradecida madre, que antes gruñía a mi abuelo, una perra valiente.
Mi abuelo se limpio con la cortina de la cocina  y se quedo quieto como si le hubiera dado un pasmo.
-Ya lo se
Dijo. 
-El perro se llamará Pipo, como el botijo de la obra.
 Y así quedo el perro bautizado con el nombre de Pipo, y cada vez que se acerca mi abuelito Cacum, se mea por la pata abajo, pero mi abuelito que es muy listo, ya no lo coge.


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