jueves, 2 de junio de 2016

EL ARBOL DEL SEXO


 Estaba mi abuelo hablando el otro día con unos amigos de su infancia, y les decía que hay que ser discreto, y que no hay que fiscalizar a los demás. Y después contó una historia que ocurrió cuando el tenía unos 12 años, era final de primavera y estaba buscando nidos a la orilla de uno de los ríos más famosos de Madrid. Resulta que fue al río con su hermano mayor que nunca había ido a por nidos, entonces mi abuelito vio en lo alto de un fresno un gran nido de urraca.
Como el árbol era fácil subieron los dos hasta el hueco del tronco que era tan grande como una casa, mi abuelito dijo a su hermano que se quedase allí y que el mismo iría hasta lo alto a mirar, y subió pero no había nada en el nido así que cuando empezaba a bajar, su hermano mayor le dijo en tono bajito que se quedase quieto que venía gente por el camino. El se paro y miro, viendo desde allí como una pareja de novios venía bien agarradita. Llegaron debajo mismo del árbol y allí mismo el novio empezó a besarla y abrazarla, ayudó a que se sentase en la hierba, y allí mismo en un pis-pas empezaron a practicar sexo como unos campeones. En eso que mi abuelo estaba en lo alto del árbol en una posición desde la cual no veía, intento cambiar de posición y justo la ramita donde el se agarraba, se rompió con estallido seco. Y el Cacum salió volando para caer justo en la misma espalda de aquel venado, que tan entregado al asunto estaba. El grito que dio la novia nunca se le olvidara a mi abuelito.
Ni que decir tiene que mi abuelito y su hermano, corrieron y casi volaron cruzando las aguas del río sin mojarse , detrás de ellos iba aquel semental, pero enseguida desistió, no sin decirles cosas de los padres y de la madre y también de los muertos de mi abuelito y del hermano que eran los mismos creo. Mi abuelito y su hermano se cambiaron de ropa por si acaso aquel fiera iba por el barrio, al abuelito le estaba grande la ropa del hermano y a su hermano le apretaba todo lo que se llama culo, la madre les dijo que tenían manías con lo que vestían. Y mi abuelito dice que las sombras de los árboles son sitios sagrados y cerrados.

Y que hay que dejar en paz los nidos de los pájaros.

No hay comentarios: