
EL ESQUIMAL
...El día prometía, el duende estaba limpiando los ojos del sapo que vivía en la cueva del roble, aquel majestuoso árbol, tenia mas de trescientos años y ya era muy anciano cuando fue construida la casa, el mismo sapo llevaba allí mas años que Abishinky y a veces, por las mañanas, Abishinky lo metía en su casa para que la limpiase de pelusas, al atardecer, compartían la sombra protectora del alpendre. Era gordo como un conejo y solo le faltaba hablar, últimamente se había vuelto perezoso y había que darle un baño para quitarle las cosas que se le pegaban a la piel, pelusas del dormitorio del duende, musgo y líquenes, arena, hojas secas, en fin, el sapo cuando quería baño, se ponía delante del duende y movía su cabeza de abajo arriba y viceversa y claro el corazón gentil del duende, le podía, lo cogía entre las manos y lo dejaba un rato en el manantial de detrás de la casa, donde las carpas de colores, le limpiaban todas las porquerías pegadas, ahora le estaba secando aquellos preciosos ojos.
-Alguien viene.
Dijo Juanito, el cuervo negro, que hablaba en la intimidad y que solía avisar un poco antes de que llamasen a la puerta, a veces hasta decía el nombre de la visita.
-Es un esquimal.
Nuestro amigo esperó, unos golpes discretos y rápidos en la puerta resonaron como un murmullo en la habitación.
-Voy.
Al abrir, la puerta, esta se quejo como una persona ayyyy y allí estaba efectivamente un esquimal, en pleno mes de mayo.
-Soy yo, tu primo Feliso.
-Coño, no te había conocido con esa vestimenta.
-Me la acabo de poner después de este viaje tan largo. Que te parece?
-Anda, quítate esas pieles y cuéntame tus aventuras.
La historia de Feliso es toda ella una gran aventura. El vivía en los Fiáis, en unas casas de piedra que están según subes la cuesta del pueblo, en una calle a la derecha, al fondo son todas de piedra y muy antiguas, servían para guardar la paja y el grano, las herramientas y la tercera, servía de vivienda para Feliso, que como el decía, soy huérfano de padre y de madre, de hermanos, de tíos y de abuelos, mi única familia es mi primo Abishinky.
Aquellos palheiros eran su refugio, ellos y los riachuelos cercanos, era un gran pescador, truchas, barbos, bogas, carpas, anguilas y algunos peces mas que no sabia el nombre, eran sus trofeos, pero Feliso sabia que en los mares del Norte habitaban criaturas que el no había visto nunca, orcas, ballenas, osos marinos, leones marinos, focas y el pescado que mas gusta a los portugueses, el bacalao.
Así que antes de tomar una decisión, el consultó con su primo el duende y después viajó hasta Oporto, donde se enroló en un barco bacaladero que subía hasta los mares del norte cerquita del polo, y fue así que llegó con aquel gran barco al norte de Siberia, allí fue donde compró el abrigo de piel de morsa al brujo Yupik de los esquimales.….y hacia tanto frío en Siberia que me estaba congelando vivo, sigue contando, así que me llevaron a la dacha del curandero y llegamos a un acuerdo, el me daba un abrigo de pieles, con el que yo nunca mas pasaría frío y yo a el le daba una moneda de oro y mi pequeña acordeón y dicho y hecho, enseguida me puse aquel abrigo, mientras el brujo asesinaba la música que conseguía sacar del concertino...
-En un minuto ya me había recuperado de aquel frío terrible y mientras duró mi viaje a los mares del norte no me lo quité nunca, hasta dormía con el, puesto.
...Y ahora que piensas hacer?
-Lo primero es ir a mi palheiro y descansar.
-Hasta luego, te espero para cenar.
Le dije, pensando que le vendría bien una cena calentita, así que preparé una sopa y una tortilla de patatas, riquísima, ya era la hora, así que puse la mesa bien adornada, saqué un vino que me había comprado en un viaje a Pesqueira, a la inauguración del caminho de ferro que venia desde Oporto hasta la frontera con España y que tenia una parada en Ferradosa y otra en la Alegría, en fin, me puse medio vaso de vino, delicioso y corté un trozo de aquella tortilla, tan rica y otro poco de vino y un poco mas de tortilla y ensalada y así a los pocos, acabe con todo y me quede en un duerme-vela, plagado de sueños.
Un aviso de mi cuervo, me despertó.
-Viene tu primo.
Tres golpecitos en la puerta, sonaron prudentes.
-Voy.
Me costo abrir la puerta, a horas tempranas a esta puerta la fastidiaban las visitas y no lo ponía fácil, se quejo un poco, ayyyyy, pero al final lo consiguió y allí estaba mi primo Feliso con su abrigo de Siberia puesto.
-Buen día, perdona por no venir ayer a la cena, pero me quede dormido, con el abrigo puesto.
-Noté un poco de frío y me puse una rebeca de lana cruda.
-Debo estar con algún malestar pues tengo un poco de frío y ayer también.
-Acompáñame al pueblo, tengo que comprar unas cosas para la casa.
Y así fuimos los dos tan contentos, el con su abrigo y yo con mi frío.
-Buenos días Salustiano, dije al tendero, mire quien ha llegado .
-Bien venido, me alegro de verte y veo que vienes bien abrigado, la verdad es que llevo un par de días con mucho frío, el día esta gris y puede que llueva y hasta que nieve, cosa extraña a finales de Mayo.
Una vez terminada la compra emprendieron el camino de regreso y veían a los vecinos, pocos en la calle, con los abrigos y los gorros puestos.
Y así seguía el tiempo frío, y llegó el sábado.
-Viene don Brujelio dijo el cuervo.
Un quejido al abrirse, debo decir, que la puerta había aprendido a abrirse sola, dejo al brujo con el puño, a punto de llamar en el aire.
-Buen día, mi querido amigo, no se si has notado un frío invernal espantoso, aquí pasa algo raro y todo desde que llego tu primo del Polo Norte Siberiano.
-Es cierto, todos estamos helados menos Feliso, con su abrigo de morsa.
El culpable tenia que ser aquel abrigo, que tu primo había comprado al brujo siberiano y que quitaba el calor a todos los vecinos del pueblo, así que decidieron quitarse el problema.
Reunión secreta del consejo popular.
Punto único....nombrar a Don Feliso hijo predilecto de los Fiáis, a las 10 horas de la mañana de este próximo domingo, se ruega puntualidad y venir con el traje de los domingos, firmado el alcalde. Una vez elaborado el documento, quedo encargado de entregárselo doña Tetina, que había sido ama de cría durante los primeros dos años y pico de vida del homenajeado.
Y todo fue perfecto, él, nada mas recibir la citación, fue corriendo a casa del primo Abishinky y sin llamar entro todo nervioso.
-Mira el oficio que me ha mandado el alcalde, que nervios, que puedo hacer?
-Pues lo que te indica ese papel, te pones tu traje de ir a las bodas y a los entierros y a las diez yo te acompaño al salón regio del ayuntamiento a recibir ese titulo de reconocimiento.
..Esa noche pocos durmieron bien, a unos la preocupación a otros la emoción, a la hija del panadero, su novio, no la dejo dormir en toda la noche y al duende la risa no le dejo pegar ojo, pero antes de amanecer, ya tenia una idea sobre el destino del abrigo esquimal.
….Por el poder que me ha sido otorgado, nombro a don Feliso Palheiro hijo predilecto de Los Fiáis y con este pergamino entregado, queda finalizado este solemne acto.
Dijo el alcalde.
Todos los asistentes aplaudieron y salieron alegres a visitar la feria del domingo, los dos primos, también.
Mientras, doña Tetina se llevaba el abrigo polar de Feliso y lo escondía en el desván de su casa, después salió a la calle y camino de la feria noto una mejoría en el tiempo, las nubes se iban abriendo y el sol acariciaba a todos los vecinos, Abishinky sonreía, mirando a su primo de reojo, esa misma noche o mañana les contaría a los del consejo cual era la mejor solución.
Al día siguiente, ósea el lunes y siguiendo las instrucciones del duende Abishinky, mientras unos consolaban al primo Feliso por la desaparición del abrigo esquimal, él y un primo de Midoes trocearon todo el abrigo y lo repartieron entre todos los pájaros de los Fiáis, para que el próximo invierno no pasasen frío, al final todos los pájaros se reunieron enfrente de la casa de Abishinky y a coro le dijeron .....pio.
.....Menos el gallo que había aprendido a ladrar y todo presumido ladró con acento alemán, pastor alemán.
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